Facebook es el escaparate donde todos se muestran: unos reservados, otros coquetos...Los hay que les gusta presumir de lo estupenda que es su vida y luego están los críticos, los deprimidos, los que necesitan aliento (quién no necesita una palmadita en el hombro de vez en cuando...).
Entre los post que le leído últimamente, cabe destacar la reproducción de un comunicado que me ha ratificado algo que ya sabía: cuando las personas no se esfuerzan por ser felices y enfocan toda su vida en algo (como, por ejemplo, el trabajo), acaban delirando. La terapia psiquiátrica debe ser de carácter obligatorio para algunos directivos que necesitan recordarse a sí mismos lo alto que han llegado.
Ese narcisismo no tiene límites y esa ambición casi infantil hace tiempo que rozó la barrera de lo patético. Lo cual demuestra, una vez más, lo importante que es enriquecerse en la vida, pero no con dinero, sino con las cosas importantes: rodeándose de buenas personas y, sobre todo, cultivándose a uno mismo.
A los narcisistas, sólo les deseo que no tengan alergia a ninguno de los componentes del Prozac, porque lo van a necesitar cuando su tarjeta de visita no empiece por esas dos palabras que se repiten mirándose al espejo, casi sin creérselo: "director general".
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